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ya me jodería

Cachos de plástico

Cachos de plástico; eso es lo que venden las teletiendas.
Da igual, señoritas, que el aparato en cuestión sirva para hacer batidos, picar cebollitas o para su puta madre: son cachos de plástico, y seguramente del más vil de todos.

Estoy convencido de que hay una gran fábrica en la China más profunda y rojil que produce palés (de plástico) para depositar las ojivas nucleares que felizmente serán malvendidas y trasladadas a la nación terrorista fundamentalista más cercana. Esta fábrica sigue a rajatabla la máxima comunista por excelencia: producción lamentable y rentabilidades que tienden a menos infinito, sin embargo esto no se cumple en China, y no es que China no sea comunista (apenitas), sino porque los chinos son como las cucarachas (no se alarmen, me voy a explicar); son muchos y muy eficientes en todo lo que hacen. Además han pasado ya algunos años desde que China se quitó la careta frente al mundo y se declaró muy capitalista de puertas hacia afuera (hacia dentro sabe dios), así que todo esto nos lleva a pensar que esa fábrica es eficiente y rentable, y que los recortes sobrantes de los palés deben tener un fín comercial y no acabar en las calderas de una mierda de calefacción comunitaria del año tres para descongelar las manos de algún sucio bebedor de vodka en Siberia.

Por lo tanto, yendo al grano, tenemos recortes inmundos del peor plástico a este lado del río amarillo, y por otra parte a la red global de teletiendas. El resultado está bien claro: estafa de la peor calaña, con premeditación y alevosía.

Donde ellos dicen Máquina de abdominales yo digo cacho de plástico, donde ellos dicen pelapatatas increíble yo digo cacho de plástico, donde ellos dicen Convair Magic Cool yo digo cacho de plástico con motor malo pegado (encima chupa luz)... y así suma y sigue.

Deben ustedes saber que con cada compra que realizan en las teletiendas no sólo están llenando el bolsillo de los responsables de estas empresas fantasma, sino que además están alimentando (con vasitos de arroz, que es la medida económica para la clase obrera en china) a la más roja, desleal y despiadada industria comunista, que pondrá en peligro(no lo duden ni por un sólo instante)nuestro amado way of life, es decir; trabajo una hora me tumbo diecinueve y cobro veinte, y además me llevo los recortes de plástico a casa en una bolsa del Carrefour, por si acaso.

Puede parecer un poco alarmista, pero no lo es. La tercera guerra mundial se está librando a diario en nuestra propia casa (bueno, la del banco), cada madrugada en su cadena favorita. Yo lo veo a menudo, impotente (es un decir), mientras me engaño con el Autocad.

Otro día hablaremos del Autocad, que es para echarle de comer aparte.
Buenas noches, mis queridos Johnnys.

1 comentario

ey -

tu eres tonto, eres un coñazo, escribes ladrillos, y te crees el más listo y no tienes ni zorra, gilipollas. no vayas de sabio de la vida y callate un par de meses